Dentro de la actual política de corte neoliberal en donde la administración por parte del gobierno debe ser reducida a su mínima expresión se vuelve imprescindible deshacerse de todas las empresas paraestatales en México. El caso PEMEX como tal, se encuentra ahora en la mira de este modelo económico desarrollado desde el sexenio de Miguel de la Madrid. Sin embargo existen algunas cuestiones que no quedan del todo claro ademas de los mensajes oficiales de un gobierno que no sabe que respuesta dar a las preguntas que todos nos hacemos, y en lo único que recurre es a los medios de información masivos para desvirtuar un proceso que tiene como fin la venta de esta empresa.
A continuación menciono algunas consideraciones que hay que hacer antes de tomar parte en esta encrucijada.
- El costo de extracción de un barril de petróleo es de 4 dólares mientras que el precio de venta es de 80 dólares y de repente llega hasta los 100.
- La nomina que se paga a los trabajadores de PEMEX es del 3% aproximadamente con referencia a la renta que esta empresa genera.
- El 70% del ingreso por petróleo en México se designa al pago de impuestos a hacienda.
- Desde 1970 no se crea ninguna nueva refinería.
- El 80% del territorio mexicano no se ha explorado para este fin.
Desde una visión economisista no cabe duda que el petróleo como negocio es muy bueno, desde una visión social el petróleo lo debe de trabajar y disfrutar el pueblo que lo detenta con fines sociales, y desde una visión geopolítica, la tendencia a nivel mundial es defender los recursos de un país.
Hay situaciones tan videntes que ni siquiera son necesarias discutirlas, pues con una renta tan alta que genera el petróleo no es posible que no se le quiera invertir en tecnología y exploración, y aquí lo único que se me ocurre pensar es a quien o quienes les va a beneficiar la venta de PEMEX.
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