Un espectro anda al acecho entre nosotros y solo unos poco lo han visto con claridad. No se trata del viejo fantasma del comunismo o del fascismo, sino de un nuevo espectro: una sociedad completamente mecanizada, dedicada a la máxima producción y al máximo consumo materiales dirigida por maquinas computadoras. En el consiguiente proceso social, el hombre mismo, bien alimentado y divertido, aunque pasivo, apagado y poco sentimental, está siendo transformado en una parte de la maquinaria total.
Lo anterior es parte de un ensayo de Erich Fromm, donde describe el actual estado del hombre. Y aunque la revolución de la esperanza fue escrita en 1968 no pierde vigencia.
Actualmente hemos alcanzado un estado que como sociedad nos ha llevado a un paso del colapso. Solo necesitamos observar las noticias cotidianas de los principales diarios en donde la constante son la guerra, el hambre, la miseria y que poco a poco dentro de un proceso de producción y consumo nos ha hundido a límites escalofriantes.
Una de las cualidades de esta sociedad es que el progreso lo hemos medido en base a los bienes y servicios producidos en un determinado país, y la creencia de que estos indicadores son muestra de un éxito en la sociedad ha quedado muy por debajo de un verdadero desarrollo como tal. De que nos sirve un indicador como el Producto Interno Bruto dividido entre el total de habitantes (per cápita) si lo único que nos da a entender es la cantidad de riqueza en un determinado lugar, cuando ni siquiera nos hemos preocupado por quien detenta esa riqueza. En un país como México, en donde un aparente progreso el cual alegremente pregona un gobierno de dudosa legitimidad son necesarias las cifras que disfrazan una población sumida en la carencia, pues hay investigadores que aseguran que el 60% de la población en este país se encuentra en algún grado de pobreza.
Sin embargo creemos que el progreso está en un Mc Donalds, un Wallmart o en un cluster de empresas con un alto rendimiento a costa del medio ambiente y de las garantías de los trabajadores. El enriquecimiento de los políticos a costa de los ciudadanos y del factor económico como finalidad ha llegado a su límite.
Síntomas como la descomposición social, protestas, grupos armados, narcotráfico, solo son consecuencias lógicas de un Estado en donde el saqueo y la corrupción de quienes gobiernan persisten. Y ante esto, los medios de comunicación y las fuerzas armadas solo son un instrumento del gobierno para el control de las masas en donde el ser espectador es la única alternativa que ofrecen.
Las condiciones están dadas, se está al borde de un desequilibrio social que sin duda un detonante esta a punto de dar, y la pregunta es en este momento ¿Estamos preparados?
2 comentarios:
7% de inflación en la potencia economica de China, en tan solo un mes, algo debe pronosticar.
Eh we...ya me dio miedo...jajaja...porque eres tan negativo
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